El cierre de Corrugados Getafe, que según las primeras informaciones la empresa ha comunicado a los trabajadores, evidencia que las denuncias vecinales durante años sobre incumplimientos constantes en emisiones tóxicas y ruido eran ciertas y estaban acreditadas.
Desde la Plataforma de Personas Afectadas por Corrugados Getafe recibimos con alegría la decisión de la siderúrgica porque, en las condiciones en las que llevaban operando desde hace años, no era compatible con la vida de los barrios construidos a pocos metros. Esto es algo que la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Getafe siempre supieron y permitieron.
Sin embargo, nuestra satisfacción se une a la solidaridad total con todos los trabajadores y trabajadoras que van a perder su puesto de trabajo por una empresa que, insistimos, no ha cumplido con las exigencias que marca la ley para seguir con su actividad dando seguridad al entorno, a los vecinos y, sobre todo, a sus empleados. Es algo que siempre hemos defendido.
Con el cierre de Corrugados Getafe se cierra también una lucha vecinal muy dura, de muchos años, que quedó plasmada en denuncias que abrieron investigaciones por explosiones en mitad de la noche, por liberación de emisiones de manera ilegal, por olores insalubres y que nos llevó hasta comprobar que había restos de material férrico en viviendas y en colegios cercanos.
Este cierre abre una nueva vida para los barrios de Juan de la Cierva y de Los Molinos, pero no aclara las grandes incógnitas que ninguna administración responsable nos ha aclarado nunca. Queremos saber qué hemos respirado durante tantos años cuando salía humo naranja por los portones o qué pasó en los accidentes que, por ejemplo, en 2021 dejaron un trabajador herido grave o en 2023 obligó a la empresa a reconocer que se había liberado radiactividad. El cierre no va a ser el olvido.
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